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El proceso comienza con la recepción de una imagen, boceto, ilustración, o una muestra física proporcionada por el cliente. Esta base servirá como punto de partida para la creación del molde digital.

Durante esta etapa, se define el tipo de prenda que se va a realizar (como sudadera, pantalón, camisa, etc.) y se discuten las especificaciones detalladas del cliente. Esto incluye variaciones en el diseño original, como ajustes en el largo, ancho, proporciones, o cambios en el material y color. Se asegura que todas las necesidades y expectativas estén claramente definidas.

El cliente proporciona información clave sobre los materiales y métodos de confección que se utilizarán. Esto incluye el tipo de costura (cerradora, fileteadora, entre otras), las características del material (elongación, caída, textura), las tallas requeridas y el ancho de la tela. Estos datos son fundamentales para la creación de un molde que cumpla con los requisitos de producción.

Con la información técnica en mano, se procede a la elaboración del molde digital, que generalmente toma entre 2 y 3 días hábiles. El cliente recibe este molde para realizar una muestra física, donde se evaluarán aspectos como las proporciones, la horma de la prenda, y la comodidad. Se invita al cliente a tomar nota de cualquier ajuste o cambio que considere necesario.

El cliente revisa la muestra física y proporciona retroalimentación sobre el ajuste y la estructura del molde. En esta fase, cualquier corrección o modificación solicitada por el cliente se lleva a cabo para asegurar que el producto final esté alineado con sus expectativas.

Una vez que la muestra es aprobada por el cliente, se realizan los ajustes finales en el molde, si son necesarios. Después de confirmar todos los detalles, se procede a la entrega del molde digital definitivo, listo para la producción.